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A esta hora recién se están terminando de dar los cómputos oficiales, sin embargos las tendencias son claras en todas las comunas y probablemente sin prácticamente cambios desde acá hasta los resultados oficiales, por lo cual ya se puede lograr cierto recuento. Sin embargo no se quiere plantear aquí una revisión político – partidistas de los resultados, sino, político – social de los mismos, en donde lo que más llama la atención es la alta tasa de abstención que va desde el 60% al 75% aproximadamente dependiendo la comuna y en las mesas de los recientemente inscritos de forma automática, llega en algunos casos a superar el 90%.

¿Qué por qué no se vota?, muchos dirán que la población es floja (por lo menos del rango etario de los 18 a 34 años que es donde se produce la mayor abstención) y puede que parte de la gran abstención sea por ello, pero obviamente no es la única causa. La otra frase popular será mañana en los análisis los problemas que genera el voto voluntario y como debe ser repuesto el voto obligatorio debido a que el país no posee madurez ciudadana, y sin duda la más clásica de todas, el descontento político. Pero no se trata necesariamente de descontento con el sistema político, creo más bien de indiferencia, es decir, el discurso instalado que el voto no cambia nada. Y aunque es una frase repetida y con poca base política, probablemente refleja la apatía que despierta la actividad política en el país y explicara en buena parte por que la ciudadanía no se expresa mediante el voto por lo menos en esta elección.

Sin embargo tratando de buscar las razones de esto, del porqué de la abstención, se podría llegar a hablar de una pérdida sistemática y progresiva de la legitimidad de la actividad política (obviamente nuestra clase política no ayuda mucho en ello, aparecidos de la televisión, políticos que en ciertos casos se sienten por sobre la ley, que no trabajan en lo que fueron elegidos sino para si, que se preocupan de aumentar su caudal político a costa de la incorporación en la política y en cargos públicos de sus familiares, políticos que se agotan en la intransigencia y en el debate pequeño, políticos que no saben leer ni los problemas ni las reacciones de la ciudadanía) y por ende de la participación por las vías establecidas dentro de las cuales (más bien la única) es el voto, en donde podemos esgrimir que ese descontento político, en realidad es la manifestación más patente de que la ciudadanía está despertando lentamente de la ilusión de elegir.

Si, elegir, es la premisa más grande la democracia, pero probablemente la más falsa de todas a través de su historia debido a que lo que se elige es lo que ya viene “elegido por otros”. Veremos a continuación algunas razones generales para ello:

1.- En primer lugar no elegimos autoridades (por lo menos las que se eligen por voto popular), sino, votamos por las que los partidos políticos nos ofrecen. Si, los partidos políticos y sus pactos, esos mismos que dicen que 1 comuna grande vale más que 20 pequeñas (¿sus habitantes también pensarán lo mismo?), esos mismos que renuncian cuando quieren para subir más escaños políticos (o que los destituyen por desfalcos económicos, abandonos de deberes, etc), esos que deben hacer lo que los partidos o pactos los obligan (incluso algunos “in-dependientes”) aún a pesar del beneficio de su comuna, esos que se sienten por sobre la ley, esos que denostan con sus acciones la educación pública ( y con ello replican un modelos de patrones de colegios privados y de obreros de colegios públicos, por supuesto con ciertas excepciones para poder mantener la ilusión y con ello que el modelo se reproduzca en el tiempo) etc. Pero por supuesto que hay algunos que tienen excelentes gestiones, eso hay que reconocerlo, sin embargo sean buenos, malos o regulares, prácticamente la mayoría de ellos, fue elegido previamente por otros, otros que están más arriba en la sociedad y que son los que toman las verdaderas decisiones (entiéndase lo grande grupos económicos que financian las cúpulas de los partidos políticos), y lo que debe elegir la ciudadanía es solamente entre las alternativa que ya han sido previa y cuidadosamente seleccionadas. ¿primarias?, sin, en algunos lados, y sin a algún pre-candidato no le gusta el resultado, se cambia de partido (¿y con ello sus valores?), aunque ello da lo mismos, si se considera que una mayoría importante de los candidatos no coloca el logo de su partido en sus afiches, prefiere colocar rostros presidenciables en vez de ideas (aunque se debe reconocer que la ciudadanía tampoco les ha pedido mucho ideas, menos desde que entre la derecha y la centro-izquierda, básicamente no tienen diferencias programáticas y ofrecen básicamente lo mismos con sus propios acentos según intereses).

Es por esto que los movimientos sociales han canalizado buena parte de este descontento, sin embargo todavía no son una alternativa de representación sostenibles en el tiempo y por sobre todo relativamente organizada (uno de los temas que lleva a que estos movimientos sociales sean poco claros y ambiguos muchas veces) por lo que se debe madurar el mecanismo de elección, pero por sobre todo, por las medidas que tiene  la población de poder hacer valer sus derechos sobre los políticos (y que esto no se limite a la mala memoria de la ciudadanía, ya que esta suele olvidar las mañas gestiones y vuelve a premiar con las reelecciones), o mejorar la novedad, las ideas y sobre todo evitar los caudillismos, en  donde los gobiernos locales no pueden ser elegidos de forma infinita dado que ello se presta mucho para que generen máquinas electorales además del clientelismo que asegura sus reelecciones de forma infinita, aunque probablemente la oposición de ese teórico alcalde, no sería muy distinta a la de otro alcalde. Y finalmente el tema de la proporcionalidad, en donde pareciera que las minorías no tienen cabida y que la democracia es sólo la dictadura de la mayoría.

Sobre las elecciones parlamentarias, ese es otro tema debido al sistema binominal, un sistema único a nivel mundial, generado durante un régimen autoritario y una constitución con baja legitimidad que hasta hoy define como debe ser gobernado el país: bajo la mirada de dos bandos mayoritarios que el sistema privilegia que se formen para que cada uno de los dos obtenga un representante, excluyendo a otras alternativas. Genera estabilidad política… sí, a costa de…. la democracia y con ello otra vía de participación real de la ciudadanía.

Fuente: http://www.cartoonstock.com/newscartoons/directory/d/democracy.asp

De todas formas esto no es exclusivo de la política, la concentración es propia del mundo actual y de los conglomeramos económicos mundiales. Por ejemplo: http://www.ritholtz.com/blog/wp-content/uploads/2012/05/k0pv01.jpg

Pero, sigamos, la idea no es desviarse del tema, aunque esto es muy tentador.

2.- Probablemente mañana también tendremos a ambos grandes bandos políticos celebrando (y hoy un tercero que ciertamente tiene algo que celebrar de verdad a costa obviamente de uno de los dos bandos), aunque en la práctica todos perdieron, ¿qué perdieron?, uno poco más de legitimidad, otra cosa es que les importe. Muchos mañana hablaran de que Chile no es un país maduro para el voto voluntario y que se debe reponer el voto obligatorio. Que el voto obligatorio genera tasas mucho más altas que el voto voluntario, si es verdad, sin embargo ¿necesitamos más votantes o más ciudadanos?. Existe la imagen de que los sectores más acomodados tiene mayor cultiva cívica, y obviamente más cosas que defender y perder, que los estratos populares y que por eso botan, sin embargo en esta elección y a menos que se de lo poco probable que los sectores altos hayan girado hacia el centro – izquierda, esta vez esta premisa nos e cumplió, debido a que si hubo algo distribuido, fue precisamente la abstención, salvo en el caso de las edades.

Ciertamente el voto es necesario para poder determinar los temas país y así poder exigir, de hecho es esa una de las críticas que se hace a la juventud, sin embargo, ¿qué pasa cuando todo sigue igual?…, si, votar para cambiar el sistema…, ¿pero es eso posible?, el realismo político indica que mientras la clase política no de cambie es sistema nadie lo hará… si es verdad que con esa lógica siempre se seguirá igual, pero a menos que haya un consenso amplio a nivel país, no hay otra forma realista de hacer el cambio.

Ahora, ¿quién gana entonces?, y se hace esta pregunta por qué hoy los bloques políticos se atribuyen victorias que en algunos casos, y sólo algunos, son más bien méritos de las ganadores más que de los bloques.  Ciertamente los resultados debieran interpretarse de que esta es otra derrota del sistema político y por ende debe cambiar. Por un lado está la derecha que ha tenido un pésimo manejo mediático (si los medios han jugado más que actuado en su contra, porque parte de la derecha que gobierna no posee el mismo poder que los grandes bloques económicos, muchas veces en desacuerdo con sus política que son los reales dueños de los medios) y por otro lado la concertación que lucha por mantenerse unida.

3.- Sin querer extendernos, llegamos finalmente al tema de los partidos políticos. El sistema delegativo (en donde se elige en el fondo a quien tomar las decisiones de fondo del país) necesita girar a uno representativo en donde efectivamente la clase política sea portadora de la voz de la ciudadanía, pero para ello hay que construir los canales para su materialización, de momento, se seguirá con que los partidos definen quienes gobiernan y pero aún, las necesidades del país y las formas de resolverlas. Otra de las razones de la baja abstención es justamente que dentro del sistema político no hay proyectos ni debates país que trate de resolver los problemas de fondo de la población (salud, educación, delincuencia, distribución de la riqueza, explotación de los recursos naturales etc) con soluciones reales, por ende, no hay debates de fondo que movilicen a la población lo que lleva a que la población sienta que no hay nada que se decida realmente en las elecciones.

Los partidos políticos si bien poseen un bajo desempeño y aún una más baja valoración (no por nada los candidatos esconden sus “escudos de armas” y logos) son probablemente un mal necesario, ya que dentro de nuestro sistema son el único canal viable de canalización de las demandas, pero ello porque el mismo sistema no ha fomentado otro, como los plebiscitos o el fortalecimiento de los gobiernos regionales y comunales.

Palabras al cierre

Algunos tips para mejorar la participación electoral, si por supuesto. Entregar la facilidad de votar, por ejemplo, para quienes están fuera del territorio, en movilización, el voto adelantado, el voto electrónico, es decir, hay varios mecanismos procedimentales para mejorar el proceso y aumentar la participación electoral, sin embargo ello no resuelve el problema de fondo que es la motivación para hacerlo, ese es el principal desafío que posee el fallido proceso de reconstrucción democrática luego de la transición política en nuestro país y para lograr esa motivación, el discurso político se debe centrar en los problemas de fondo del país, en la reforma del sistema político y de la constitución y sobre todo en la defensa de salud y educación pública de calidad para generar igualdad dentro de la ciudadanía, para que a futuro todos sientan que el voto es importante.

El voto es una dimensión más de la ciudadanía, de la cual los movimientos sociales, la débil sociedad civil, pero sobre todo el conocimiento de los derechos económicos (en el sentido de que hoy la población está haciendo valer más sus derechos como consumidor por ejemplo) son parte de ella, pero la discusión se limita al tema del voto, si realmente se quieren sistemas más participativos, ello debe partir del colegio, pero no sólo con ramos de educación ciudadana ni de formación ciudadana, sino con participación real, desde el mismo interior del colegio, ello genera cultura cívica, no el sólo votar o no, creo en lo personal que por allí, junto con las reformas políticas, puede haber una luz de esperanza a futuro, de esa forma se podría recuperar la ilusión de que al menos algo se está en juego, de que algo se está… ¿eligiendo…?… o al menos seleccionado.

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