Breve Reflexión Sobre el Fallo de la Haya: un fallo político y algunos desafíos que genera
La Haya tenía dos posibilidades frente al fallo que le tocaba dictar el día lunes 27 de Enero en la disputa marítima entre Chile y Perú: la primera era aplicar un criterio jurídico el cual dejaría a uno de los dos litigantes frustrados (ya que ambas posiciones eran antagónicas) lo cual pondría en tela de juicio la pertinencia en el país que se sintiera derrotado, de estar suscrito a tratados internacionales en materia de límites lo que podría generar un gran desajuste en política internacional debido a la serie de procesos pendientes y sobre todo a la espera de contar con mayores antecedentes como el dictamen de ayer (por ejemplo el mismo caso que afecta a Chile mediante la figura de la demanda marítima de Bolivia) y por otro lado, tenía la alternativa de ejecutar un fallo más bien político que dejara a ambos países relativamente conformes, cosa de cerrar el tema y asegurar la vigencia de los tratados y su respeto, la jurisprudencia internacional al respecto y de esta forma dar una señal al mundo y a los futuros litigantes, en que básicamente se trata de no alterar el orden existente, pero acogiendo al menos las demandas.
De esta forma, el juicio emitido, políticamente correcto, da algunas millas marítimas a Perú, con lo cual este se siente victorioso (popularmente en Perú se decía que cualquier centímetro era una victoria), mientras para Chile se reconoce la vigencia del hito 1 como frontera terrestre para ambos países (con lo cual si bien Chile pierde millas marinas, asegura que no hay más temas pendientes con Perú y que por tanto no se deberían perder más territorio con él, lo que hoy es una derrota, pero no es tan amplia como se podría haber dado, entregando cierta tranquilidad a futuro). Desde esta mirada incluso Perú podría sentirse perjudicado, ya que Chile legaliza internacionalmente una fracción marítima que no estaba totalmente reconocida, a cambio de ceder una porción a Perú… parece que otra lectura también es viable.
El fallo que se basa en dar a Perú 80 millas marítimas, carece de mayor argumentación jurídica de parte de la corte de la Haya, en torno a cuales son los elementos que permiten dar a Perú una zona y sobre todo cuales son los que explican el porqué de esa fracción exactamente. Si bien no se pierde soberanía, Chile pierde el uso de una zona económica que le era exclusiva. Si bien es cierto que queda resguardada la zona en que tanto pescadores artesanales como industriales realizaban sus faenas y en este sentido Chile no pierde tanto (al contario, gana su reconocimiento legal), cabe preguntarse ¿por qué 80 millas?. Es cierto que podrían ser más o menos millas, pero sería interesante saber qué argumentos jurídicos, que pruebas sostiene que hayan sido 80 millas. La falta de estas pruebas, ratifica la idea de que la corte de la Haya buscó lograr un acuerdo que dejara tranquila a ambas partes, con un criterio político más que jurídico, ya que ninguno de los dos países había mencionado nada con respecto a 80 millas en sus demandas, alegatos o contra argumentaciones.
Este fallo tiene mayores repercusiones que las jurídicas, políticas y económicas que se han tratado en diversos medios el día de ayer. Ciertamente es probable que con este fallo, Chile y sobre todo Perú sean reticentes de cualquier salida soberana al mar de Bolivia, país que siguió atento y esperanzado el fallo pero que creo que no se ha dado cuenta que cualquier vitoria peruana significa una derrota para Bolivia, y cualquier derrota para Chile limita cualquier atisbo de negociar una salida soberana, ya que no estarían las condiciones de popularidad interna para siquiera sentarse a conversar. Se sabe que el tratado limítrofe entre Chile y Perú (tratado de 1919 y acuerdo complementario del mismo año) señala ambos países desean mantener relaciones fronterizas, por lo tanto no se puede dar territorio que ha sido peruano a un tercero, por lo cual en el extremo norte de Chile, Bolivia no posee posibilidades, por tanto la única salida posible es por la segunda región, ex territorio boliviano, pero no conozco ningún caso en que un país, por voluntad propia, decida dividir su territorio nacional, por lo cual esa posibilidad también es compleja.
Por otro lado el fallo, exalta un espíritu nacionalista en ambos países. Por un lado Perú posee a partir de la derrota de la Guerra del Pacífico una animadversión mucho mayor que Chile hacia Perú y eso se expresa en al opinar diario de su población. Si Perú pasa ahora a reclamar otros puntos, incluso el retorno de bienes ganados o saqueado por Chile hace más de 100 años, probablemente se genera una escala nacionalista en ambos países, siendo perjudicados básicamente los residentes extranjeros y los intereses económicos comerciales, situación que obviamente la élite política debe tratar de evitar dado que su preocupación central ha sido mantener la estabilidad económica de ambos países en favor de la elite empresarial de ambos países, situación que pasa por un buen momento y que obviamente no se querrá echar por tierra.
Ciertamente sería lo ideal que el fallo abriera una nueva era entre las relaciones de los países de la región, sin embargo los antecedentes históricos no invitan a pensar ello. La Guerra del Pacífico generó en Perú una gran dosis de resentimiento histórico al igual que en Bolivia (este caso es mucho más grave por el tema de la pérdida del mar soberano). Además se trata de posturas casi irreconciliables, en donde Perú asegura que la élite chilena con el apoyo de los ingleses inventó una guerra para poder quedarse con las riquezas de Perú (la misma tesis de Bolivia), mientras en Chile se sostiene que la guerra se da como reacción justa frente al ataque peruano y boliviano, siendo los territorios ganados en justa disputa bélica por lo tanto no habrían temas pendientes al respecto. Obviamente este tema se amplia de forma exponencial cuando se trata de Bolivia, en donde incluso el sistema educativo potencia una animadversión frente a Chile. Aquí el tema puede ser mucho más grave, ya que para Bolivia no hay otra reposición histórica más que Chile ceda una franja con acceso marítimo soberano, situación que Chile jamás ni siquiera ha considerado.
Sin embargo y si es que hay una claridad es que la clase política chilena no asume su error. No se asume que la diplomacia nacional tiene un nivel bajo sobre todo en comparación a Perú, con falta de preparación y llena de cargos por favores políticos más que por méritos propios. Además jamás se ha planteado una revisión nacional de la forma en que se llevan las relaciones con los países vecinos en las cual se ha perdido territorio con Argentina y se ha tenido procesos judiciales con Perú, y hoy el incipiente proceso con Bolivia, procesos en los cuales ha perdido o no ha contado con apoyos regionales. Las relaciones de convivencia se han limitado al tema económico, dejando de lado las relaciones sociales, culturales y de otra índole…. no dando posibilidad a que los pueblos de cada país entren en contacto real, ya se siempre se acentúa el tema económico lo que suele sacar a flote una reacción más bien nacionalista.
El tema de las relaciones futuras con Perú no es menor ya que desde hoy comienza todo un proceso para poder hacer viable, para poder materializar el dictamen de la Haya, y eso es un proceso no sólo económico y fronterizo, es eminentemente político, y sin duda, marcara las relaciones internaciones entre Chile y Perú.
En cuanto a Chile, el tema del fallo de la Haya, ha despertado dos posiciones en Chile, la primera relacionada más con el nacionalismo más clásico, de no ceder un milímetro de nuestro territorio nacional, la cual es apoyada por una parte importante de la población, y otra postura, más acrecentada en la juventud que tiene que ver con que realmente no tiene sentido discutir ante si Chile pierde o no el territorio marítimo en disputa, debido a que el pueblo de Chile lo ha perdido hace tiempo, en manos de las grandes familias de la élite.
Ambas posturas, aunque razonables y opuestas pueden tener un encuentro común: la defensa de la soberanía nacional, no a ultranza, sino desde la objetividad indica que Chile no debería perder ese territorio ya que la argumentación nacional parece más rozable y está fundamentada en los procederes históricos de ambas naciones, mientras que el problema de su usufructo real, es un tema que le corresponde decidir a Chile a nivel interno, siendo misión de la ciudadanía nacional ver como recupera para el disfrute de todos los chilenos, la gran gama de lugares y recursos naturales de todos, en manos de unos pocos (entre la élite chilena y extranjera). Situación por lo demás presente a lo largo de toda nuestra historia nacional.
Con esto no intento indicar que la primera postura es necesariamente correcta, ya que se le ha otorgado malamente un ánimo ciertamente belicista e intransigente (recordar que hemos perdido territorio anteriormente, por ejemplo con Argentina y no operó necesariamente como ese ánimo, lo que lleva a plantearse si la situación actual se debe exclusivamente por que el antagonista en esta ocasión es Perú o porque hoy existe más información, por ejemplo, que en los años ’90, de las situaciones que afectan al país), sino más bien, porque es la responsabilidad de cada Estado salvaguardar sus fronteras y mantener la integridad del territorio por lo tanto es una cuestión simplemente de lógica el que no se quiere perder ese territorio.
Por otro lado el fallo y los elementos que subyacen a él dejan en evidencia una política centralista que tiene muy poco en cuenta a las regiones, sobre todo las más alejadas de la capital, tema el cual debe revisarse, ya que todos los ciudadanos del país tienen exactamente los mismos derechos y por ello deben tener los elementos materiales que proporciona el estado para poder resguardar y hacer valer esos derechos.
Por Adrián Villegas
Algunas imágenes de apoyo desde internet:
Recursos:
10 claves para entender el fallo
Síntesis de los límites de Chile: http://prezi.com/usttaowmxaiy/evolucion-limites-de-chile/
Multimedias desde Internet:
Linea tiempo:
Fuente: http://www.latercera.com/noticia/politica/2014/01/674-561661-9-cronologia-del-proceso.shtml
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